Algun@s, al estar tristes, lloran... Algun@s otr@s a falta de, vivimos...
miércoles, 3 de octubre de 2012
miércoles, 5 de septiembre de 2012
Si te quedas o te vas
(...) no les perdono bajo ningún pretexto que no sepan volar,
si no saben volar pierden el tiempo conmigo...
Enrique Luna
Me ha costado un poco más que decidirme
a no buscarte en otros cuerpos para borrar mis cicatrices,
a no ocultarme en mis heridas para no dar el corazón,
a no pensar que todo un mundo se ha perdido entre los dos...
Me ha costado un poco más que el desengaño
de saberme entre las filas de los que no mueren de amor.
El olvido es lo que mata, el olvido es la razón:
hoy me olvido que me olvidas, hoy me olvido de este amor...
No supiste dar el salto de tu miedo hasta mi abrazo
el silencio pudo más que el corazón.
Ya no cabes en mi vida si es cuestión de honestidad
Ni te olvido si te quedas, ni te extraño si te vas...
Me ha costado un poco más que la tristeza
de no encontrarme en tu camino, de comprarme otra verdad.
Si el futuro es tan incierto no hace falta madurar.
Si prefieres el recuerdo dejame vivir en paz...
No supiste dar el salto de tu miedo hasta mi abrazo
el silencio pudo más que el corazón.
Ya no cabes en mi vida si es cuestión de honestidad
Ni te olvido si te quedas, ni te extraño si te vas...
No supiste dar el salto de tu miedo hasta mi abrazo
el silencio pudo más que el corazón.
Ya no cabes en mi vida si es cuestión de honestidad
Ni te olvido si te quedas, ni te extraño si te vas...
Si prefieres el recuerdo dejame vivir en paz...
Ni te olvido si te quedas, ni te extraño si te vas...
Si te quedas o te vas
Adrian Camacho/Enrique Luna
miércoles, 9 de mayo de 2012
The wall
Esto es lo que escucho cuando estoy tristisima, frustrada, enojada o quiero matar algo en mí:
Mis sentimientos se revuelven con la música y las emociones dentro de ellas, tanto, que se diluyen. Me vuelvo cruel conmigo misma y en efecto, algo muere en mí no sin antes ser torturado como dicta el album.
Mis sentimientos se revuelven con la música y las emociones dentro de ellas, tanto, que se diluyen. Me vuelvo cruel conmigo misma y en efecto, algo muere en mí no sin antes ser torturado como dicta el album.
lunes, 23 de abril de 2012
Ave Fénix
¿Y que te hace pensar que quien renace soy yo mismo?
Libestod, 2009
Hace -muchos- años, cuando nuestras discusiones existencialistas se llevaban a cabo, le decía a J que la Gabriela con quien hablaba "ahora" no era la Gabriela con quien había peleado - y fracturado- meses antes. En aquél tiempo, además de sostener aquello que Heráclito -en aquél entonces, con mi mala memoria confundido con Platón- nos heredo de que "nadie se baña dos veces en el mismo río", me sentía fragmentada, segmentada, paralela, por tanto, "hoy" podía decir una cosa y al día siguiente otra.
Esto, era sostenido a su vez por mi idea de que lo único certero que teníamos en el mundo era la incertidumbre: puesto así, era para mí insano y anormal defender una idea de la que estaba insegura, una afirmación que al momento siguiente podría ser mentira, un hecho que con las diversas perspectivas y referencias podría ser diferente y más aún cualquier cosa que pudiera cambiar.
Esta manera mía de ver el mundo y la vida -que se definio como parte de un refugio de mi caótica vida y después de haber pasado por filosofía en preparatoria- impidió al menos los dos primeros años en que conocí a J, aceptar siquiera que me gustara: pensaba sencillamente que aquello era pasajero, que no tardaría en terminar o cambiar a razón de las circunstancias en que estabamos envueltos, por tanto, no valía ni siquiera la pena de aceptar mi gusto por él. Por cierto que esta idea prevalecio incluso después del primer "te amo".
Poco a poco, él me mostro las razones por las que había que sostener tal o cual cosa; entre sus argumentos más estúpidos (sí, hasta él los tiene) estaba el que "las cosas así eran" y por más estúpido que me sonará el argumento - y que hasta el momento me lo parece- fue éste el que más trabajo nos costo derogar, y digo nos costo pues antes de llegar a dicho argumento J ya me habia convencido con otros métodos que debía estabilizarme, que debía pronunciarme a algo, defenderlo, inmovilizarme.
Como sabrás, aquellos métodos no fueron los más sanos, por principio de cuentas por como se implementaron, pero más aún porque no pude dejar de lado del todo mi propia filosofia. Así pues, pelee por muchos más años con mi aceptación del "debe ser" y mi aceptación del "todo cambia", ya no por pelearme con J sino porque ya era un problema que cuestionaba mi entera existencia.
He tardado mucho en encontrar el punto medio de esta pelea. En el trayecto de 9 años creo que morí varias veces: de ser enteramente volátil llegue a ser rígida y de ser rígida llegue a sentirme sin rumbo, de ahí creí poder negar todo y ser una persona enteramente distinta y de ahí quise casarme con ideas de otros como vil borrega. Pese a esto existio una única cosa que me mantuvo "clavada en el suelo", una única cosa, que desde que reconocí en mí se volvio una constante, constante en tamaño y forma aún frente a otras similares, aún con mis enojos y frustraciones hacia ello, aún cuando llegue a negarle... Esa constante fue mi amor por J.
Quizás el problema de mi guerra entre el "debe ser" y "todo cambia" fue este precisamente: mientras todo a mi alrededor llegaba, se quedaba, cambiaba, se iba o era mentira mi amor por J siguio intacto. Mi amor por J siguio dulce y entregado, paciente, sumiso, incondicional, fuerte, grande, imbécil, dispuesto, consejero, esperanzado, sabio... Jamás pensé que pudiera ser diferente, jamás pensé que cambiaria, pero pasó.
Hace poco más de un año le rogaba al teléfono "no nos hagas esto, no sabes cuanto nos costará recuperarnos de esta". Hoy me parece que no hay recuperación: yo ya no soy la misma. Por fin encontré ese retorno al todo cambia y es curioso que al retornar a mi filosofia de chiquilla de 17 años me sienta en un pueblo ajeno donde todo realmente me es desconocido y donde yo misma no soy del todo de ese pueblo. Este punto en el que me encuentro también es desconocer a J. Para serte franca es mentira que ya no sienta amor por él, el problema es... que no es a él a quien yo amaba, a este J no lo conozco en nada, al primero a penas llegue a conocerlo y muchas de las cosas que de él di por hecho la verdad es que las adivinaba. ¿Este nuevo hombre quien es?
Es quien me llama para pedirme consejos y al cual yo detesto. Tal vez lo detesto porque los consejos que me pide nada tienen que ver conmigo. Tal vez lo detesto porque me fastidia hablar con hombres que se parezcan a mi ex novio. Tal vez lo detesto porque me recuerda a mi ex novio pero mi ex decía estar enamorado de mí y hacia todo por demotrarmelo: este hombre no hace nada por el estilo. Tal vez lo detesto porque realmente se me hace un desconocido, como ese clásico tipo que la aborda a una en el metro queriendo hacerte platica y a quien sólo puedes ofrecerle una plática superficial por que... ¿de que otra cosa podrías hablarle? Y con lo que a mí me choca seguirle la plática a esos tipos: digo ¿que esperas que te cuente? Tal vez lo detesto porque aún espero escuchar al J que yo conocí y es fastidioso darme cuenta que al igual que cierta Gabriela ese J ya también esta muerto.
Tal vez las cosas tenían que pasar así como pasaron. Me parece que yo no sería la persona que soy ahora si todo lo que pasó no hubiera sido. Fue muy doloroso, más doloroso que cualquier otro antecedente, tanto que le tuve miedo al futuro y debi desechar las ideas que no me dejaban avanzar, como mi idea del amor único e infinito, aunque también tuve que agrandar otros conceptos para poder pasar por ciertos caminos, como el perdonar pero ahora sin esperar nada a cambio, ni siquiera indulgencia por parte de Dios, de hecho Dios, en mí, tambien tuvo que sufrir cambios.
Así, vuelta en cenizas, naci yo, una nueva Gabriela. C me dice que he cambiado, pero en estos últimos meses he dicho que me parece que soy la Gabriela que siempre debí haber sido. Una mujer justa, congruente, sin dudas de su bisexualidad, en paz con el pasado y el presente, trabajadora hacia el futuro indefinido, gustosa de decir "sí" a los nuevos retos y a las cosas que estan por conocerse, a las cosas que jamás ha hecho, poliamorosa extrañamente, realizadora de proyectos, participativa, más confiada aunque todavia ignorante, preguntona, más feliz... En fin... la cosa es que estoy convencida de que soy la clase de Gabriela de la que ningún otro J querría ni podría enamorarse. Los J tienden a querer normalidad en su vida y yo soy la Gabriela más rara de mi vida quien además día con día pretende ser más anormal: amolada está la cosa.
Lo siento por mi madre que realmente quería nietos, bueno, no sé, tal vez en unos años piense de nuevo en tener hijos, por el momento eso es algo que murio hace un año. Si me vuelven a surgir las ganas ya veré como le hago.
Por el momento me quedo con esa última impresión que J me dio en las últimas pláticas antes de que se fuera a buscar por otros caminos, esa, en la que parecía creer que yo seguiria inmutable, esperandole, en la que de hecho esperaba que mi amor dulce y entregado le diera todas las piezas que él requería para estar con otra persona y dejarme de lado, esa frase que él resumio con un "tú siempre puedes". Dicha frase y su contexto, al mirarla hacia atrás me recordo a algo que la ex de mi hermano le dijo cuando decidio cortar y quedarse del otro lado de la frontera norte al igual que J: "pero tú siempre renaces, eres como el ave fénix" le dijo, a lo que él "después de morir" y renacer contesto "y que te hace pensar que quien renace soy yo mismo?". Je...
Hasta aquí mi entrada de hoy. Tenia ganas de escribir, el tiempo del que dispongo -por cierto- es una de las cosas que tambien cambió, pero no importa, te mando un beso.
Tal vez las cosas tenían que pasar así como pasaron. Me parece que yo no sería la persona que soy ahora si todo lo que pasó no hubiera sido. Fue muy doloroso, más doloroso que cualquier otro antecedente, tanto que le tuve miedo al futuro y debi desechar las ideas que no me dejaban avanzar, como mi idea del amor único e infinito, aunque también tuve que agrandar otros conceptos para poder pasar por ciertos caminos, como el perdonar pero ahora sin esperar nada a cambio, ni siquiera indulgencia por parte de Dios, de hecho Dios, en mí, tambien tuvo que sufrir cambios.
Así, vuelta en cenizas, naci yo, una nueva Gabriela. C me dice que he cambiado, pero en estos últimos meses he dicho que me parece que soy la Gabriela que siempre debí haber sido. Una mujer justa, congruente, sin dudas de su bisexualidad, en paz con el pasado y el presente, trabajadora hacia el futuro indefinido, gustosa de decir "sí" a los nuevos retos y a las cosas que estan por conocerse, a las cosas que jamás ha hecho, poliamorosa extrañamente, realizadora de proyectos, participativa, más confiada aunque todavia ignorante, preguntona, más feliz... En fin... la cosa es que estoy convencida de que soy la clase de Gabriela de la que ningún otro J querría ni podría enamorarse. Los J tienden a querer normalidad en su vida y yo soy la Gabriela más rara de mi vida quien además día con día pretende ser más anormal: amolada está la cosa.
Lo siento por mi madre que realmente quería nietos, bueno, no sé, tal vez en unos años piense de nuevo en tener hijos, por el momento eso es algo que murio hace un año. Si me vuelven a surgir las ganas ya veré como le hago.
Por el momento me quedo con esa última impresión que J me dio en las últimas pláticas antes de que se fuera a buscar por otros caminos, esa, en la que parecía creer que yo seguiria inmutable, esperandole, en la que de hecho esperaba que mi amor dulce y entregado le diera todas las piezas que él requería para estar con otra persona y dejarme de lado, esa frase que él resumio con un "tú siempre puedes". Dicha frase y su contexto, al mirarla hacia atrás me recordo a algo que la ex de mi hermano le dijo cuando decidio cortar y quedarse del otro lado de la frontera norte al igual que J: "pero tú siempre renaces, eres como el ave fénix" le dijo, a lo que él "después de morir" y renacer contesto "y que te hace pensar que quien renace soy yo mismo?". Je...
Hasta aquí mi entrada de hoy. Tenia ganas de escribir, el tiempo del que dispongo -por cierto- es una de las cosas que tambien cambió, pero no importa, te mando un beso.
Lunes 23 de abril 2012 19:38 hrs, Monstruo escritorio.
martes, 17 de abril de 2012
jueves, 9 de febrero de 2012
martes, 31 de enero de 2012
...
Me gustan los escritores, si me hicieran caso me casaria con un escritor. El que ya no escribas es como haberme quitado yo los lentes...
lunes, 16 de enero de 2012
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