Tras 14 años de investigación para desactivar la bomba que con su amenaza les mantenía separados, Gabriela descubrió que todo ese tiempo el control remoto lo sostenía su madre...
-¡Brillante giro de tuerca!-
Igual no importó, no alcanzó a decirle palabra alguna a Juan.
Explotó en pedazos al instante inmediato de su descubrimiento.
2018
Tiempo después, por la fuerza de voluntad que le caracterizaba... por necedad u obligación, Gabriela logró juntar algunas partes de su cabeza, la que solo recordaba a Juan.
Cómo pudó alcanzó a hablarle:
Él se encontraba triste como siempre, un poco más triste que de costumbre, un tanto diferente, más real.
Su voz era demasiado distorcionada en sus mensajes: parecía querer aparentar. -¿Aún no me habrá perdonado?- Pensó la cabeza...
Pero las tristezas de ambos, después de estos años eran todavía más sólidas y tangibles, imposibles de negar.
"Mucho más grandes que un amor infantil como el nuestro"- Intrusiva verificó la cabeza.
Al final de aquella breve plática, Gabriela, o lo que quedaba de ella, se preguntaba si Juan le creería sus disculpas y arrepentimientos... su "tenías razón".
Ya no importaba...
La vida pesaba más... la muerte pesaba, extrañamente, menos.
Le habló al Juan dentro de ella: ¿cómo iba a saber yo que en verdad era una princesa? Prisionera en mi misma...
*Lo guardó de nuevo en su "mente".*
"Colgó" de nuevo la conversión con "J":
"Hasta el próximo encuentro"
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-Corazón