O al menos es eso lo que me trae de regreso aqui, "oculta". Creo que ya hace un año o más desde que no escribo en este espacio, mis razones he tenido, pero ninguna valedera, a decir verdad todas me avergüenzan. Cuando comencé a escribir aquí lo hice movida por el miedo al papel: después de años de escribir en él, el día que me leyeron y me juzgaron con él de testigo tuve miedo de regresar porque según mis pensamientos "el papel era más traidor que una persona" al papel no podía negarlo, a la persona podía llamarla mentirosa, ¿pero al papel? ¿Al papel cómo? Y más con palabras escritas de mi puño y letra... ¿cómo?
Así que vine aquí a esconderme, argumentando que en internet la gente apela a su estado de ánimo, a un mal momento, al servidor y otras tantas entidades para echar por tierra sus palabras, pensamientos y sentimientos: yo podría hacer igual, podía no hacerme responsable de lo que dijese. Pero no resulto.
Mientras que yo sentía estarme escondiendo aquí, mis acciones paralelas indicaban que quería que me encontrasen, quería ser pública, por decir lo menos... en realidad creo que quería que alguien me consolara, me aconsejara o en su defecto me acompañara, pero encontré como siempre más curiosidad que otra cosa, y poco a poco esto se convirtio en el desmembramiento de cada parte para un examen, como quien destroza un ángel y se lo come porque no lo comprende... y me adentre y adentre en ello e ignore el proposito que tenía de inicio el escribir un diario.
¿Qué me llevo a escribir en el papel en un principio? Las ansias de sentirme escuchada, y a falta de alguien de carne y hueso me hice de muchos cuadernos, y tan sólo por un breve momento antes de desecharlos valore que escribir para mí era hacerme consciente de lo mío, hacerme mía. Yo era mía. Pero fue tan sólo por un momento.
Escuche demasiado a la gente, me metí demasiado en lo que los otros querían, y lo que creían de mí y ni siquiera les cumplí, pero me quede estancada porque vacilé entre ir hacia donde ellos me llevaban y hacia donde yo quería ir.
Hoy quiero retomar aquél estado del momento en el que yo me pertenecía y retomo el espacio virtual y no el papel porque ello me invita a superar el reto de lo público: ¿cómo cargar con nuestras palabras sin retractarse de ellas ni echarle la culpa a otros? Interesante, ¿verdad?
Retomo mi espacio dejandolo privado por el momento, con la sola finalidad de sertirme en confidencialidad, ya cuando me sienta lista dejaré que otros me lean, mostrandoles sus biografías no autorizadas (), claro, consiente de las consecuencias que ello implicará. Hoy de nuevo te doy las gracias por estar aquí, y asi mismo te doy la bienvenida a mí.