Hay que escribir sobre esto antes de que se acabe esta sensación, antes de que alguien me acompañe y no pueda decir nada sobre ello y sencillamente lo deje de lado porque... no tiene la menor importancia... ¿No tiene la menor importancia? Sí... no la tiene... Aunque duela, aunque indigne, me parece que no la tiene porque ni siquiera lloré...
Mi abuela falleció el martes un poco antes de las 4 de la tarde... Hoy fue el sepulcro en la cripta donde también se encuentra mi abuelo. Y yo... pues heme aquí, un tanto cansada, pero más bien tediada: no sé que decir, ni que hacer, no me nacio llorar por más que "lo intente" por más que recorde momentos con ella, palabras... la verdad dominó más estos últimos tres años de ver su ejemplo y su vida: me fueron llanamente más desagradables día tras dia.
También en mi corazón sólo participó el sentimiento de la última frase que me permití oirle una semana antes de que la internarán: "sólo ustedes (mi hermano y yo) salieron flojos". En mi cabeza la frase se recompone y ya no estoy muy segura de si lo dijo o no así, mi mente me juega malas pasadas y cambia el flojos por inútiles, para el caso da lo mismo: esa última frase sólo me confirmo lo que hace poco más de un año mi hermano y yo lloramos con tanta tristeza: mi abuela nos descarto como personas en el momento que ya no quisimos someternos a las locuras de la familia y comenzamos a tener opinión y a ejercerla, peor aún, comenzamos a notar nuestrs derechos y a exigirlos... lo cuál nos hizo objeto de señalamientos como "oportunistas" y "convenencieros".
Sé que si no te hablo de esto ahorita ya no lo haré después: eso siempre me pasa con las cosas de familia, también con los asuntos del dinero. Mi madre me enseño que la familia era lo más importante y que el dinero vale para darnos alegrías y porque nos cuida porque nos respalda en la compra de cosas y más cosas, pero, siempre, primero esta la gente. En estos últimos años mi hermano y yo hemos padecido más fuerte la pelea por el dinero, en la que mis abuelos y tía nos mostraron que para ellos no importaba la gente, al menos no como a él y a mi nos habian enseñado... y en la decepción varias veces despreciamos aquello por lo que pretendían nos vendieramos: una casa y "un dinero", por ello, pretendían que vendieramos nuestro amor, y nuestras creencias, nuestro dar desinteresadamente... No lo hicimos.
No sé que paso que finalmente dimos todo y mi abuela resolvio que no dimos nada mientras que mi abuelo decidio subirnos a categoría de hijos dejandonos la casa que hubiera pertenecido a mi padre y repartiendo con nosotros y mi tía aquellas cosas que habrian pertenecido a él y a mi tío y eso... le desagrado a mi tía y abuela...
La herencia no se cobro a modo de que mi abuela quedara descobijada porque hubo lugares en que ella era la beneficiaria, pero ese subirnos al nivel de hijos que mi abuelo dejo estipulado nos hizo deshonrosos a los ojos de mi abuela que simplemente hizo menos todos los años que estuvimos para ella y desde el año pasado nos tiro de mala semilla.
Mi abuela murio en mi corazón unos meses después de que mi abuelo lo hiciera, es verdad, y la lloré entonces. No comprendí quien era esa viejecita que me señalaba con el dedo y me decía "tu abuelo no los quería, tu abuelo los iba a sacar del testamento, ustedes ya no van a hacer nada en esta vida"... No comprendía y todavia trato de cocer los pedazos de esto para que tengan coherencia y nomás no lo logro.
Tú que me lees como ahora escribo probablemente no entiendas de que te estoy hablando. Sobre esto no hablo porque no lo entiendo, simplemente digo que no lo quiero, lo rechazo y me lo callo. Hoy... llevamos un cuerpo al panteón que para mi ya no cargaba en él el alma que yo creí hasta hace un año habitaba dentro: esa alma dulce y dadivosa. Esa alma no era real... ¿a quien llorarle? No lo sé...
En fin... perdona si mi entrada es un desbarajuste. No quiero pesames ni nada por el estilo: lo de estos días no me duele. Nomás eso es lo que debes saber. Te mando un beso. Y espero escribirte mañana